Les cuento que el fin de semana del 3 de abril con Julián
fuimos al Festival de música Lollapalooza. Hace mucho que había escuchado que éste
era un festival inclusivo, por lo que me pareció fundamental ir y mostrarles si
verdaderamente era así.
Le saco el sombrero a Lotus producciones, traen la marca y lo
hacen muy bien. Quedé maravillada con los accesos, las personas que ayudan al desplazamiento
de personas con movilidad reducida, los baños, las pasarelas y las aplicaciones.
Ahora les voy a contar en detalle por qué Lollapalooza es sin duda un festival inclusivo
que no se pueden perder, porque más allá de los grupos es un espacio en donde
realmente se vive la integración.
Voy a comenzar hablando de los accesos. Ya al ingresar al
parque O’higgins tienes un acceso preferencial para personas con movilidad reducida,
coches para bebés, entre otros. Luego nos derivaron de inmediato a
informaciones, en donde nos cuentan que tenemos acceso preferencial a unas
plataformas que se encuentran al frente de los escenarios y que a Julián se le
entregará una pulsera que identifica dicho beneficio.
Después comenzamos a recorrer el parque y quedé maravillada
con las pasarelas que se encuentran a lo largo de éste, que te permiten
recorrer el festival sin problemas, y no solo eso, también cuentas con personas
que te ayudan a que siempre tengas preferencia en estas pasarelas, te enseñan
cómo llegar a diferentes puntos y además, si viene mucha gente, se encargan de
liberar espacio para tu circulación, realmente un lujo.
Cuando nos hablan de estos escenarios preferenciales
de inmediato me imaginé que iban a estar muy lejos de los artistas y que no veríamos
nada, pero la verdad es que todo lo contrario, si bien no están pegadas al
escenario cuentan con una excelente visión que permiten que estés muy bien
ubicado. A continuación les comparto algunas fotos que saqué a la altura de una
persona en silla de ruedas para que pudieran observar realmente cómo se ve
Si sumamos a esto el uso de lenguaje de señas en cada concierto (escenario VTR) y la creación de una alianza con app lazarillo (app para personas con discapacidad
visual). Definitivamente es un lujo de festival.
Lo que se vive en este lugar es realmente hermoso, no te
sientes como un extraño tratando de adaptarte a un espacio, sino que todo lo
contario, sientes que formas parte de él y que se pensó en cada detalle para
que tu experiencia fuera grata.
No puedo dejar de mencionar que el único espacio no accesible
dentro de Lolapalloza es la Cúpula del parque, pero la verdad es que pasa prácticamente
desapercibida frente a todo este trabajo.
Tengo que decir que queda un gusto negativo al pensar que el
Parque O’Higgins es accesible solo en esta época del año. No puedo dejar de
preguntarme por qué la Municipalidad de Santiago no aprovecha el estudio ya
realizado por la producción del festival para que este parque mantenga todos los
accesos, senderos y servicios para personas con movilidad reducida.
Hago un llamado a que los espacios públicos sean
efectivamente accesibles, no es tan difícil ni requiere una inversión elevada,
pero son pequeñas cosas que nos permiten sentirnos iguales y parte de esta sociedad. Gracias
Lollapalooza por entender esta realidad y sus complejidades y entregarnos esta sensación.